Un
trocito
del
libro...
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...¿De qué te hablaba? Si, del secreto para empezar a comprobar por uno mismo que, la providencia existe.
Dicho está: abrir los ojos.Levantar el pie del acelerador de la vida y, despacio, analizar y valorar esas extrañas cosas,que nos ocurren todos los días. ¿En verdad obedecen a la casualidad? ¿Son algo fortuito o la consecuencia de un plan meticulosamente trazado? Este obligado proceso de análisis -no voy a engañarte- es largo, tenso y, muchas veces, desesperante. Ya ves, yo he necesitado más de veinte años para, sencillamente, abrir la puerta y asomar la nariz. Y en esa pelea, con la lógica como el más rabioso enemigo,he llegado, incluso, a consultar a los expertos en matemáticas y computadoras. Y he sometido esas extrañas cosas que nos ocurren todos los días al veredicto imparcial del cálculo de la probabilidad. Respuesta de la ciencia: "Imposible". Una mareante procesión de ceros demostraba -una y otra vez- que esas extrañas cosas no están sujetas al azar. Son ilógicas e incomprensibles desde el prisma científico.
Entonces, al igual que un corcho, muy lentamente, fui ascendiendo hacia una superficie, que jamás pude imaginar. Una superficie que, en realidad, es el principio de otro universo.
Y una de mis primeras y viscerales reacciones fue apartar del vocabulario una vergonzante palabra:"casualidad".
¿Te has parado a pensar cuántas veces al día invocamos la irritante blasfemia? Y digo bien: blasfemia. Es decir, insulto a la inteligencia humana. Que no comprendamos, que no seamos capaces de abrir los ojos o de resolver el secreto de las cosas, no nos autoriza a proclamarnos tontos de capirote. El término "casualidad" -cada vez que lo manejamos- significa eso: una piedra contra nuestro propio tejado.
Mágica FE (El secreto, pág 26) de J.J.Benítez
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Amigos, J.J.Benítez en una serie de cartas a su hija,va mostrando su visión,a través de su experiencia, de la "causalidad". Entramado aparentemente imperceptible, escondido en las pequeñas cosas de la vida, que nos muestran la clave de la Providencia y del destino. Ello exige práctica de la INOCENCIA -es decir- ingenuidad, nobleza, olvido del mal, curiosidad, espontaneidad, confianza, intuición y asombro.
Os invito a leerlo.Podéis comprarlo o bajarlo de internet.
Os dejo mi gratitud por vuestra compañía y mi abrazo siempre.
M.Jesús Muñoz
Madrid-18-octubre-2010