(imagen de Google)
Llegaste con la fortaleza, el temple
y la destreza de un águila.
Arrasaste el silencio de mi valle
y el romance del río y la palabra.
Cambiaste la armonía de mi paisaje
y el sereno fluir de mi entraña.
Fuíste un vendaval inefable
en mi entrañable e inolvidable
Salamanca...
(imagen de Google)
El sol se asomó curioso entre tus alas
y unido al tiempo renovó tu empuje y
tu mirada...Mientras me daba
la constancia, la calma y la dignidad
para romper tu brío y tu batalla.
Aquella paloma, herida entre tus garras,
hoy vuela junto al sentimiento infinito
y transformado
de tu alma.
(Obra del pintor Roberto Mamani)
Hay una dama, que pinta día a día
nuestro paisaje y diluye el vendaval,
que a veces nos acosa y nos prueba...
Conoce tu vuelo rápido y arrasador
y la lentitud calmada de mi planeo
y de mi huella...Es la dama del
universo, de la tierra, del mar
y del sentir que late
en mi poema...
Este poema lo dedico a mi esposo,
que ha cumplido años hace poco.
Mas aportes en el blog de Síndel:
Madrid 28-julio-2015
M.Jesús Muñoz