Niña... ¿eres consciente de tu fortaleza?
¿quién te impulsa, te mantiene
y te alienta?
Te has mirado en los ojos de la noche
y has hallado al alba
tejiendo soles de esperanza;
deletreando la vida,
vocalizando la luz
e intuyendo la magia
de tu cal-alma.
Miles de estrellas guardan tus sueños,
acarician la infinitud de tu silencio
y acunan el milagro:
de tu instante que besa,
de tu hora que espera,
de tu día que se eleva
en suspiro y canto.
Niña... ¿eres consciente de tu destino?
¿quién te guía, te inspira y te susurra
en este largo camino?
Has pisado la dureza del suelo
y has sentido su voz sufrida, entregada
y agradecida al cielo;
elevando hojas y rosas,
desplegando sueños y alas,
entonando loas y cantos.
Miles de voces te acompañan
te llaman, te incitan,
te recuerdan tu linaje
y tu divino espíritu;
escuchas la voz del viento,
sientes los dedos de la lluvia,
tocas la piel del sol
abrazando tu cuerpo.
Niña... ¿eres consciente de tu sentimiento?
¿dónde nació su pasión, grandeza
e infinitud?
Te nutriste de los pechos del amor,
de los brazos de la tierra,
de la belleza del universo;
de ahí tu sensibilidad,
tu empatía,
tu prudencia,
tu generosidad,
tus instantes eternos...
Miles de letras vuelan, son bandadas
de amor formando poemas;
liberan del miedo,
sanan la decepción,
curan el dolor del alma,
limpian la perspectiva,
renuevan el espíritu
y dejan su amorosa huella.
Niña...¿eres consciente de tu propio cielo?
Imagen de Google.
Madrid 6-marzo-2023
M.Jesús Muñoz.