Te ves ingenua,
indefensa y sorprendida
ante la enorme
catarata, que despliega
el devenir presuroso
de la vida;
te retan mil demonios,
danzan en clamoroso
y frío estruendo.
Anulan tu visión,
tu actitud
y tu tiempo.
Acorralada por el frío
y el terror...
no hay luz,
no hay salida;
tu mente te impulsa,
sin remedio,
a la desesperación.
Los ojos del agua
fijos te miran,
van calando el temblor
que habita
en tu corazón.
Agua en tu piel,
en tus manos
y en tu frente;
salta tu alma
de arriba abajo
arrastrada por la corriente.
...Y regresa a tu cuerpo,
que, extrañamente,
con digna calma
y equilibrio
permanece en pie...
Sientes que el agua canta,
abraza y alienta
tu ingenua mirada,
tu soledad y tus límites...
que infinitos se extienden
en el horizonte,
mientras descubres
que, el canto del agua
es rumor de alas,
que revolotean
en la inmensidad de tu alma.
Imagen de Google.
Corral de Almaguer 4-septiembre-2024
M.Jesús Muñoz