martes, 17 de diciembre de 2019

DE CAMINO A LA ERMITA.



    Ángela camina poco a poco, se dirige a  la ermita. A sus ochenta años  sigue cuidando su mente y su corazón. Sus libros y pequeñas caminatas  ocupan  su tiempo,  que se le escapa como pájaro en vuelo y sus ojos, temerosos, tratan de seguirlo a cada instante.

    Escucha en el camino voces y trinos, que disparan su imaginación, descifrando mensajes que forman parte de un todo y un sentido interno. Ella está ahí, consciente de que nada es casual, sino  el lugar y el momento preciso para vivirlo y sentirlo en profundidad. Y con profundidad hojea y descubre en el paisaje los genuinos caminantes, el ir y venir de las aves, los juegos de las nubes y el sol, mientras el viento se empeña en saltar por las nevadas cumbres, que coronan su cuerpo. Es la vida y ella forma parte de su belleza y su misterio.

    Aquella tarde se siente especialmente sensible, está cerca la Navidad.  Sus recuerdos son como pañuelos blancos de nostalgia, que se alejan en bandada al más allá. Invoca esos ojos y esas manos, que tanto le dieron y enseñaron y  aún siguen presentes, son energías entrañables que la acompañan y alientan.

     Sus pies avanzan y su alma se adelanta, posándose en los peregrinos, que a paso ligero, la van dejando atrás:
     Se aproxima un grupo de chicos con sus mochilas al hombro, sonríen y parlotean, llenando el campo de espontánea frescura. Ángela siente que se le escapa esa niña, que cuida su curiosidad y su ilusión. Pero sus ojos pierden a los chicos a lo lejos, subiendo la cuesta.

     Los ladridos de un perro le hacen volver la cabeza, lo acompaña un hombre con barba canosa, que va silbando una vieja canción y mirando al frente. El trote del perro sigue el ritmo de la música y Ángela sonríe admirada de su buena coordinación y armonía. Pero al poco tiempo se difuminan en el paisaje. Desaparecen.

    La sorprende el motor de un coche, que a su lado frena. Es un joven policía de ojos azules, que vigila y guarda el camino de maleantes. La invita a llevarla hacia la ermita. Ella le agradece el detalle, pero prefiere seguir caminando para ejercitar sus músculos.

    Largo rato continúa  en silencio, la cuesta se aproxima y las fuerzas flaquean, dentro del bolsillo busca la energía de alguna castaña asada.
    La alcanzan unos gitanos  subidos en un remolque, que celebran  con cante flamenco y palmas una boda. En el centro los novios vestidos de manchegos sonríen felices. Ángela se siente partícipe y por unos momentos se olvida de si misma. La vida es una fiesta y hay que mirarla como un regalo, que nos sorprende a veces.

    Por fin arriba recorre con sus ojos el bello paisaje, que rodea la colina y el centenar de pinos, que cubren la explanada. No hay nadie fuera, deben estar todos dentro de la ermita. Con devoción y nostalgia se adentra por el portón y el pasillo a la iglesia.

    Allí sólo está la Virgen que la espera en silencio... Se dirige al belén cuyas lucecitas parpadean llamándola sin cesar. A los pies del altar se extienden las casitas, el río, la choza y la gruta del nacimiento. Qué maravilla, el tiempo se detiene de nuevo: ¡¡ Las manos de su madre aletean, montan el pequeño misterio de cartón y el cielo estrellado para que el Niño vuelva a nacer en su casa!!

    Pero la gente que venía a la ermita, ¿dónde está? Mira con atención las figuritas de porcelana: un grupo de pastorcillos con sus zurrones al hombro se dirigen al portal, sus voces grabadas en su mente ríen y hablan. Cerca de ellos un hombre y un perro enfilan el camino, aún puede oír el silbido y el trote acompasado. A las puertas de la gruta un joven de ojos azules vigila la entrada, invitándola a pasar.  Un escalofrío la recorre entera y descubre al fondo de la gruta a María y José, ellos son los gitanos manchegos custodiando al Niño…

¡¡No puede creer lo que ve, son los personajes del camino eternizados en el belén!! Todo esto es un símbolo de la propia vida y ella dónde está, quizá también forma parte de ese belén. Cerca de la gruta, una viejecita delgada de pelo cano,  mueve las castañas y aviva el fuego. Una lágrima escapa de sus ojos y mira al altar. Siente la mirada entrañable y serena de la Virgen,  que le recuerda el sentido interno de todas las cosas...

    A lo lejos, en el pueblo, se escuchan zambombas y panderetas. Ángela abre los ojos y despierta sorprendida…¡¡TODO HA SIDO UN EXTRAÑO SUEÑO!! Pero ahí está latente la fe, retándola, impulsándola hacia arriba, por encima del tiempo y las circunstancias. En la mesilla de noche  duerme el pequeño Niño Jesús y a su lado, un platito caliente de castañas…   

                                                                         

Imagen:Entrada al recinto de la ermita de Corral de Almaguer 

Madrid 17-diciembre-2019

M. Jesús Muñoz

                                                                 

martes, 3 de diciembre de 2019

SOY GRITO Y ALBA...


Mis ojos abren las compuertas del tiempo,
rescatan la voz, el latido
y escapa a borbotones el sol,
que me abraza y me libera.

Soy grito y alba.
A mano alzada trazo el camino,
la casa y el paisaje,
que preside mi estancia
y el impulso que enciende el poema.
Prendo el gorjeo en la rama,
tu presencia en la pupila del gato
y el geranio que cuelga del viejo ventanal.

Me poso en las manos que tejen y esperan,
sueñan despiertas, siembran, 
enseñan y cuidan la paz.
Descubro el juego de las horas,
pícaras danzan, se esconden
en la esquina "del tiempo vuela".

Y vuelo en alas de la tarde
con vocación de gaviota,
que ansía la infinitud del mar
y la querencia de la bandada.
Oteo la nostalgia del emigrante,
la carta en clave del más allá,
el beso que nos guarda el destino
y el milagro de la esperanza.

Me alejo, acaricio las cimas,
difumino el camino y el paisaje,
apago el gorjeo, la pupila y la flor,
silencio la voz y el latido
y arropo las manos y el alma.

Cierro las compuertas del tiempo.
Soy espejismo en los pasillos del olvido,
oscura caravana de silencio
y cercano aullido, que espera apagarse
en la noche, para ser de nuevo:
grito y alba.


Imagen de Google.
Madrid 3-diciembre-2019
M. Jesús Muñoz

jueves, 14 de noviembre de 2019

NOVIEMBRE SUEÑA...


Noviembre abre su baile de sombras
entre candilejas y silencios.
Ojos expectantes y serenos
nos miran, hojeando la vida
en el libro inefable del tiempo.

Nos invitan a descubrir su voz,
a pisar el suelo mirando al cielo.
A voltear las alas del espíritu
y liberar campanas de esperanza
tocando la fe, repicando vuelo.

Noviembre se desviste, se desnuda.
Nos regala claridad en su entraña
y un latido entrañable, acompasado,
que desvela los pasos del destino
y el misterioso camino del alma.

 Que se forja a la par con la materia
alternando la montaña y el río, 
el abismo, la piedra y la corriente.
Descifrando en la flecha y la señal
el mapa, la palabra y el sentido.

Noviembre es primavera y es otoño
abrazando hemisferios y universos.
Sincronizando la tierra y el cielo
en un instante eterno e infinito,
que une flores-hojas-sentimientos.

Naturaleza caduca y espíritu
por encima del tiempo y el olvido,
sintiéndose, viviéndose y siendo.
Superando distancias y prejuicios
con la palabra, el silencio y el grito.

Noviembre vive muriendo en un sueño,
donde todos soñamos despertar.
Nos hiere, nos moja, nos sacude,
nos empuja y nos deja caer.
Abrimos los ojos de par en par...

Ahora qué vemos, qué descubrimos,
despertamos o seguimos soñando
estar en el abismo o en la cima...?
Noviembre nos siente, nos quiere vivos,
mientras nos acompaña caminando
y al morir sueña alumbrarnos
 la vida...!!


Imagen de Google.
Madrid 14-noviembre-2019
M. Jesús Muñoz







miércoles, 30 de octubre de 2019

DETRÁS DEL TIEMPO...


Trazas, en la quietud, tu paz a mano alzada 
y recompones el cuadro de mi equilibrio,
que balancea en la pared del sentimiento.
Intuyo el eco de tu voz y tu sentir,
vocalizando, latiendo 
detrás del tiempo.

Le pinto a la soledad razón y sentido
y alargo tu infinitud en el silencio.
Fluye tu río en los vértices de la noche,
se va llevando mis sueños perdidos,
mientras se escucha un canto de voces blancas,
que acompañan su curso
detrás del tiempo.

Ahora, en este instante, detengo mi vida.
Soy la sombra triste, que espera en la esquina.
En mi pupila, quieta, se esconde el alba
anhelando amanecer en grito de luz,
que prenda tu latido 
en la voz y la palabra.

En mitad de la calle se levanta el miedo
retando a la fortaleza de mi atalaya,
que se apoya en los cimientos del espíritu,
acunados por tu aliento,
detrás del tiempo.

Pero, el tiempo es el mismo,  yo soy el pasado,
que a cada instante se hace presente y futuro.
Oteo el recuerdo, el miedo y la esperanza,
que pintan camino y latido en la piel y el alma.
Y en este espejismo, de pronto soy y no soy.
Instante y eternidad
 en reto y lucha.

Tierra y cielo se atraen, se ignoran y se besan,
superando perspectivas y límites.
Ahí estoy, hilvanando el dolor y el placer
con tu inefable lógica de inspiración.
Paciencia y humildad unidas,
detrás del tiempo.

En la quietud, tu paz me impulsa al movimiento,
extiende el horizonte de mi soledad
hacia otras soledades infinitas.
Mil pensamientos llegan, en sincronía,
dialogando con mis propios pensamientos,
que vuelan abriendo estelas y caminos.
La vida me describe nuevas perspectivas,
otros paisajes y otras voces toman vida.

La noche es universo y me invita a soñar.
Un entrañable canto de voces blancas
fluye, late en mis venas, me va trayendo
a la memoria versos, sueños olvidados,
que me recuerdan tu voz y tu presencia
vocalizando, amando
detrás del tiempo.


Imagen de Google.
Madrid 30-octubre-2019
M. Jesús Muñoz

martes, 15 de octubre de 2019

LA GEOMETRÍA DEL TIEMPO.


A veces el tiempo abandona el reloj,
deja de ser número, cristal y broche.
Se engalana con los rubores del alba
y los reflejos plateados de la noche.

Emerge en la geometría de las cosas,
se hace raya y caracol en tu escalera
y simetría en tu cabeza trenzada
por los dedos de tu legendaria Grecia.

Garabatea en tu imaginación
mientras recorres el viejo laberinto
del pasado, que se abre como un espejo
reflejando aquel colegio olvidado.

Se convierte en hilo horizontal que cose
los puntos cardinales de tu estrella
y danza después en mil universos,
que te abrazan, te inspiran y te elevan.

Traza perpendiculares y secantes,
rutas de norte a sur que cruzan el cielo,
dando a tu corazón horizonte y alas
para expandir la estela de tu sueño.

Serpentea con la lluvia por el cristal,
limpiando tu destino y tu camino, 
que reflejan la transparencia de tu entraña,
y tu sentimiento retando al olvido.

El tiempo se ha escapado del reloj de casa
y corre por la geometría de la vida,
trazando rectas, curvas y circunstancias,
que te conducen al dolor y a la dicha.

Se ha empeñado en dibujar lineas y versos,
que amanecen con los rubores del alba
y se duermen en los pliegues de la noche,
tocando la memoria mágica del alma.

Desde allí, el tiempo puntea la calma,
invitándome a caminar por la espiral
de los sentidos, hacia la geometría
de las vivencias sentidas contigo.

Imagen de Google.
Madrid-15-octubre-2019
M. Jesús Muñoz

sábado, 21 de septiembre de 2019

LA RAYUELA EN EL TIEMPO...


Rayas de tiza en la acera
y dos trenzas en el pelo,
el sol en medio del cielo
y tus pies en la rayuela
¡Juega niña, niña juega!
                                                                               (Niña, de M. J. Muñoz)

Desde la ventana mis  ojos tocan la calle.
Aquellas pupilas aún saltan
a la rayuela en el tiempo.
Dan pasos de gigante,
saltan de Madrid a Alemania
como águila peregrina
en el viento.

Tocan el horizonte, el parque, la calle 
y la casa, donde habita el pájaro
que voló del nido.
Me recreo en ese largo instante
y agradezco profundamente a la vida
que el contacto siga vivo.

Pero, la rayuela me impulsa
a seguir saltando en el tiempo
a otras tierras y otro nido:
Veinte mil kilómetros de distancia,
que me dejan exhausta y herida,
¡Ay mi mente, retando al olvido!

Australia es el fin del mundo,
allí encuentro otro pájaro aventurero
batallando con su destino.
Cuesta arriba se me hace la rayuela,
empeñada en alargar mi infancia
y la fortaleza del latido.

Dichoso el día en que aprendí a saltar,
ahora es mi corazón el que rueda
por la geometría de la vida.
Recuerdo esa piedra de León Felipe,
que rodaba y rodaba,
alternando la tristeza y la dicha.
Podría invocar a mi estrella,
si es que es consciente
de este rodar y rodar, vencida.

Aquella niña y su inocencia, aún recorren
el camino que era huerta y río
hasta llegar a la escuela.
Hoy salto del presente al pasado,
retomando la fuerza y el ánimo,
sin dejar de jugar a la rayuela.
Y miro en perspectiva este futuro,
reto a la memoria y al olvido,
camino de esperanza y huella.

El horizonte espera con sus alas abiertas,
que siga creando y recreando la vida
en clamorosa bandada de letras.
Con la fe y la constancia de la niña,
que sigue soñando y jugando
a su entrañable rayuela.


Imagen de Google.
Madrid 21-septiembre-2019
M. Jesús Muñoz

martes, 6 de agosto de 2019

OTEANDO LA LUZ...


“Hay que bajar a los infiernos, allí en la oscuridad vigilan un cielo de luz”
                                                                                      María Zambrano.
I.
Quiere ser la idea piel y pregunta.
Tiembla, sintiendo el eco en los adentros,
se pierde entre el delirio y la locura,
buscando la luz que fluye entre sombras
con vocación de guía y sentimiento.
Allí, mitad miedo, sueño y deseo
surge la palabra para ser voz,
intuición y anhelada respuesta.
Ya nace en los infiernos de la entraña
ese cielo de luz que tanto anhelas.

II.
Ahondar, rebozarse en profundidad,
llegar a los abismos de la vida.
Descalzarse de egos y escuchar
la armonía que surge en la palabra
como eco y sinfonía de la cima.
Cima que es reflejo de tu espíritu
conectado a su raíz y a su esencia.
Se abre la infinitud en arco iris
y el corazón se ensancha, se adormece
reclinado en la luz, que ya es Presencia.


Imagen de Google.
Madrid 6-agosto-2019
M. Jesús Muñoz

jueves, 25 de julio de 2019

LOS ESPEJOS DE JULIO.


Julio abre sus ojos cálidos
para buscarse en los espejos.
Pasa deprisa y se nos queda
en la playa, en las calles
y en los charcos del tiempo.

Chapotea y se ríe descalzo,
se siente niño, joven y viejo,
nos salpica frescos retazos
de lejanos e inocentes soles
y espejismos olvidados.

Mira de frente y se columpia
en el lago secreto de tu vida.
 El espejo, la hora y el recuerdo
se funden en un mismo instante
eternizando el dolor y la dicha.

Julio nos va pintando reflejos
en blancas esquinas y rincones.
Son ecos, gritos, suspiros
y palabras que se escapan
y se prenden en los balcones.

Hierve a golpe de sol y tormenta,
mientras la piel nos pellizca
y nos zarandea el alma.
Julio nos deja un abrazo de vida,
reflejo de luz, que nos desborda
la infinitud de la entraña.


Imagen del blog:http://maiteia.worpress.com
Madrid 25-julio-2019
M.Jesús Muñoz


jueves, 27 de junio de 2019

LA INFINITUD DE LA HUMILDAD...


Vuela espontánea y fresca, salta de la montaña al valle,
de piedra en piedra, creando corriente
de agua y río, que sueña y habla.
Y en su camino repite el eco:
“Sólo sé que
no sé nada…”

Comienza la historia en la pupila de tus ojos.
Dos instantes, el nacer  y el morir,
entre ellos el tiempo, hacedor de la memoria.
¿Y la memoria son los instantes vividos o el vivido sentir?
Ahí el dilema y la duda,  que nos detiene,
nos prueba y nos abre la infinitud de la humildad,
revoloteando serena en ti…

Es el ave del sentimiento, que anida en tu mente,
alas conciliadoras y trinos escalan, pacientes, lluvias y vientos,
que llegan al centro de la encrucijada, donde perdiste 
la intuición y el sentido,
para rescatar la sabiduría del tiempo
y desarmar al olvido.
Ese olvido que se esconde en las esquinas del pasado
o en las piedras opacas y mudas del camino…

Allí duerme el sueño primigenio,
acunado por la inocencia,
las manos y los ojos del amor,
que despierta en el grito del silencio.
Es la luz del alba, que desgarra la oscuridad,
mueve la vida y toca la memoria
para que todo empiece cada día…

Y la humildad extiende en perspectiva
las alas del sentimiento,
vislumbra la lucha, el error y la caída.
Que nos lleva a sentir el límite humano
y el principio de la infinitud
en el temple y profundidad
del dolor y la herida.
El aprendizaje es bandada, que planea
desentrañando la huella, la hondonada
y el puzle del tiempo, que toma forma
y sentido en el cuadro que pende
del salón de nuestra vida.

Muere la historia en la pupila de tus ojos
para nacer de nuevo en la voz del filósofo, con matices serenos
de humilde sabiduría o de inspiradora poesía…
Lo cierto es que yo:
“Sólo sé que
 no sé nada...”

Imagen de Google
Madrid 26-junio-2019
M.Jesús Muñoz


jueves, 30 de mayo de 2019

TODO UN RAMO DE JAZMINES.

 

Hay un revuelo de alas
en sus pétalos de nieve,
quieren levantar el vuelo
hasta el patio de tu casa
para beber de tu fuente
y posarse en el alero.

Hay un revuelo de manos
tocando palmas al aire
para espantar la tristeza,
que se escapa de tus labios,
convirtiéndose en el baile
de alegría y fortaleza.

Hay un revuelo de estrellas
en su corazón de soles,
que estalla en big bang de besos
en el arco de tu puerta,
bendiciendo tus amores,
que ascienden en bellos versos.

Hay un revuelo de cantos,
que escapan por su garganta
para alegrarte la vida,
vestir tus días de blanco
y dejarte en la ventana
divino abrazo de dicha.

Hay un revuelo de sueños
en su alma inmaculada,
que se prende en tus jardines,
esperándote sin tiempo
para colgar en tu entraña
todo un ramo de jazmines.


Imagen de Google.
Madrid 30- mayo-2019
M. Jesús Muñoz

sábado, 11 de mayo de 2019

MAYO NOS INVITA...

 

Mayo nos invita... a subir a la atalaya
del tiempo y vislumbrar los ojos
y las voces, que aún nos miran
y alientan desde el cielo.

...A sentir la luz que penetra
por las ventanas del alma
y hace florecer las macetas
con los mejores sentimientos.

...A escuchar el gorgeo y la música,
que nos eleva por encima
de las circunstancias,
como seres trascendentes y 
eternos.

...A ver el color y la flor,
que nos regala su belleza,
su alegría y su encanto,
dándole al alma vida y alimento.

...A bañarnos en el río de inocencia,
que retorna del pasado 
para renovar la ilusión
y la esperanza que nos trae el viento.

...A descubrir el ave, que nos trae
en sus alas la creatividad,
la cima de la libertad
y la magia del misterio.

...A vivir la letra, la palabra
 y el libro, que nos llevan
a viajar a otros mundos,
y nos enriquecen en silencio.

Mayo nos invita a amar
cada instante de vida,
y nos deja un beso de eternidad
desde la atalaya del tiempo.


Imagen de Castilla la Mancha(Google)
Madrid 11-mayo-2019
M.Jesús Muñoz


miércoles, 24 de abril de 2019

ANGEL DE LA LUZ...


ANGEL DE LA LUZ Y DEL AMOR,
tu que eres 
guarda y custodia,
inspiración y aliento
en nuestra vida.

Protege y concede a nuestros hijos:
-FE para ver más allá de la materia y las circunstancias.
-INTELIGENCIA para diferenciar el bien del mal.
-SABIDURÍA para valorar y agradecer la vida y los talentos.
-FORTALEZA ante las crisis y peligros.
-PACIENCIA ante las dificultades.
-CONSTANCIA con trabajos y proyectos.
-TEMPLE Y CONFIANZA para seguir adelante.
-FIDELIDAD en la amistad y el amor.
-EMPATÍA para comprender a los demás.
-HUMILDAD para reconocer los propios fallos.
-COMPASIÓN para saber perdonar.
-GENEROSIDAD para dar lo mejor.
-GRANDEZA DE ESPÍRITU para olvidar lo negativo y empezar cada día de nuevo.

¡¡ANGEL DE LA LUZ Y DEL AMOR,
protege y ayuda a nuestros hijos
y a todos los hijos del mundo...!!


Madrid 24-abril- 2019
M.Jesús Muñoz

sábado, 6 de abril de 2019

¡¡ COMO EL SOL...!!


Arriba, en la mente, el sol,
esfera milenaria y silente.
¿Cuánto guarda en su memoria,
cuánto en su alma,
cuánto en su espíritu
universal, infinito
y ardiente...?

En medio, en el corazón, la vida,
la suya, la tuya y la mía.
Rayas que confluyen y se cruzan
en el cielo de nuestro destino
y marcan encuentros,
vivencias, silencios
tristezas y dichas...

Abajo, a los pies la tierra ondulada,
sufrida, generosa y entregada.
En ella late la historia humana,
nómadas en guerra,
sedentarios sembradores,
esclavos, soldados, conquistadores,
pueblos, castillos y atalayas.

Ahí la geometría del tiempo:
-la esfera ardiente de la juventud,
-perpendiculares y secantes de la experiencia
y onduladas, que nos acercan al suelo.

Pero, después del tiempo:
 nuestro espíritu es
 universal,
infinito y ardiente
 como el sol
y retorna al cielo...!!

Imagen: La sierra de Corral de Almaguer (Toledo)
Madrid 6-abril-2019
M. Jesús Muñoz

jueves, 21 de marzo de 2019

MI MONTAÑA Y MI ABISMO...


He parado mis pasos
en el umbral del tiempo.
Mis ojos han captado la luz,
que se filtra por las rendijas
de la libertad...

He visto mi montaña y mi abismo,
al escalar desciendo
dos metros de vanidad.
Tierra,
golpe 
y latido.
Tocar la nada,
mirar la cima
y echar el paso de la humildad.

En cada paso una palabra,
en cada palabra un paso
y entre paso
y palabra
la luz,
que da sentido
a la realidad.

He parado mis pasos
en el umbral del tiempo.
Mi alma ha captado la luz,
que une mi montaña y mi abismo
para ser cima
y profundidad.

Imagen de TV-2
Madrid 21-marzo-2019
M. Jesús Muñoz

viernes, 15 de marzo de 2019

CAMINA MUJER...(II)


Camina mujer...
Tus tacones de seda puntean la cara
arrugada del tiempo,
excavan la savia
y emergen ríos
en gorjeos de silencio,
que bordan estelas de plata
desde la atalaya del hombre
a la orilla de tu universo...

Habla mujer...
Tu voz horada y araña
su piedra empolvada del olvido
y despierta el sueño ancestral
del héroe, que se forjó
en sus cuentos de niño:
retorna la valentía,
la constancia y el amor,
acunados por la sabia mano
de los siglos.

Escucha mujer...
Te llama el latido de Dios
 en sus venas,
que fluye ligero 
hasta tu corazón,
marcando un sereno tic-tac..
Mientras tú te empeñas
en pintarle el cielo
 gota a gota,
pétalo a pétalo,
marcando la ruta 
de la eternidad.

Imagen de Dimitra Milán, pintora norteamericana.
Madrid 15-marzo-2019
M. Jesús Muñoz