Nos despierta cada día, nos mira, revolotea.
Pájaro, rosa y milagro.
En un grito de silencio, llama que prende y espera
encenderse cada año
en la pupila del mundo al llegar la primavera.
Nos mira por los cristales,
nos canta con la vecina
y se esconde en los relojes,
en la calle y en la esquina.
Quiere abrirnos su horizonte,
su perspectiva y aliento
y dejarnos en el alma
un divino sentimiento.
Es la luz de la esperanza, silencio, palmas, sirenas,
que se han parado en el tiempo,
dando sentido a la vida, a la alegría y las penas.
Quiere borrarnos el miedo
y plantar sus azucenas en el campo y en las venas.
Es esperanza y Cuaresma
y será Semana Santa
sin procesiones ni fiesta.
Saeta y vela en la casa.
Domingo y Resurrección,
serán también esperanza,
que nos lleven de la mano
con firmeza y con templanza.
Que la Providencia nos conceda a todos fortaleza y esperanza
para seguir adelante, amigos.
Madrid 30-marzo-2020
M. Jesús Muñoz