martes, 11 de agosto de 2020

LA CIMA DEL AMOR...


Te entregaste a la aridez del camino:
el bache, la espina, el silencio, la herida 
y el águila oteando tu destino.
Sentiste la prueba, 
el golpe, 
el dolor
y la desesperación del grito.

Perdonaste la frialdad de la vida, 

su acoso,
su crudeza y su risa 
de espejismo y calavera.

Te agarraste a la fortaleza del árbol,

a la ligereza del viento,
a la dignidad de la roca
y al gorjeo constante 
y agradecido,
que inspiraba tu canto.

Te perdonaste el miedo, 

los errores,
la tristeza,
la depresión y el llanto.

Respiraste la voz transparente del misterio,

que lleno de vida los pulmones del alma
y pintó en tu mente
el tapiz infinito
de aquel lejano sueño.

Perdonaste la prisa, 

la ceguera,
la arrogancia, 
el orgullo
y la caducidad
de las voces del tiempo.

Y sentiste que ascendías poco a poco,

sobrevolando con grandeza y humildad,
el camino, 
el bache, 
la espina, 
la herida y el dolor.
Hasta tocar lentamente, 
in crescendo,
la divina y deseada 
CIMA DEL AMOR.


Imagen: Montes Tatras, entre Eslovaquia y Polonia.

Madrid 11-agosto-2020
M.Jesús Muñoz

jueves, 6 de agosto de 2020

ESCALA LA PARED DEL TIEMPO...


Las rosas escalan la pared del tiempo,
se posan, juegan, se recrean y custodian
su latido, su alma y su secreto.

Ellas recogen el suspiro del segundo,
el minuto incierto e inacabable
y la soledad soñadora de las horas,
que se acunan en las alas 
del viento.

Se enredan las rosas en la puerta del alma,
pinchan sus espinas al olvido,
para que extienda su memoria milenaria
y renueve su inocencia, su esperanza
su palabra y su grito.

No ignores la armonía de las rosas,
ellas teclean en tus sentidos la infinitud
del universo y su belleza se mira en el espejo
de tu espíritu, abriendo en el horizonte
el vuelo de tus sueños.

Escala con ellas la pared de tu tiempo,
juega, recréate y custodia
el latido de tu alma y su secreto.

Imagen de Google.
Madrid 6-agosto-2020
M.Jesús Muñoz