Entre piedras de quietud y silencio
despierta el alma como una flor
desnuda, generosa e ingenua,
a golpes de nieve, viento y sol.
El cielo acalla la voz del tiempo,
acunan las horas el dolor,
que alumbra un ramo de versos
escalando las cimas del amor.
Ante su hermano, humilde, se inclina
y el agua purifica el espíritu,
mientras el alma se recrea
en armonía y plenitud.
El universo observa y pulsa
su latido de luz, que se expande
en el río, son ondas de paz
y cálida infinitud.
Retorna constante la primavera,
cuelga presagios de esperanza,
que despierta sueños,
dormidos en el tiempo.
Trabaja la paciencia en el jardín
del olvido y la memoria sonríe
en los rincones del alma,
que se llena de aliento.
La naturaleza abre sus alas
de belleza y sabiduría
y la intuición descubre la esencia
y la presencia del misterio.
Confiada el alma, ensaya el vuelo
hacia las altas cumbres, donde
el águila y la flor se unen al amor
de la nieve, el sol y el viento.
Imágenes de Google.
Mas aportes en el blog de nuestra compañera Síndel:
http:palabrasdesindel.blogspot.com.es
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Madrid 28-enero-2015
M.Jesús Muñoz