Descalcé mi temor y prudencia...
Y mis pies, pájaros sin rumbo,
revolotearon libres
jugando con el agua y la arena.
Llegaron las olas de la infancia
abriendo calles en el corazón
y corros de voces y risas
en el patio de mi casa.
Desnudé mi orgullo y mi vanidad...
Y mi cuerpo, crepúsculo encendido,
abrió al mundo sus soles del alba,
que abrazaron la tristeza y la soledad.
A la tarde prendió un canto de amor,
vestido de llama y humildad
y fue quemándose en infinita
hoguera de beso y sol.
Entregué mi mente al silencio...
Y el cielo me abrió su inmensidad,
cuyas alas elevaron mi alma
por encima del misterio y el tiempo.
Ahora soy pájaro y crepúsculo,
ensayo entre letras y sentimientos
dejar en mi vuelo incondicional
una estela de amor en el viento...
Imagen de Google.
Madrid 20-julio-2015
M.Jesús Muñoz