Somos la sombra,
que tropezando
y besando el suelo
busca la luz;
crece, decrece,
alzando el vuelo,
ciega y frustrada
ante la luz...
El alma calla;
susurra el ego,
grita y confunde,
peregrino sin fin;
se pierde el norte,
se quema el cuerpo,
tocamos piedra
y dolor al fin...
¿Sólo nos queda
la humilde sombra,
ciega y frustrada
que besa el suelo...?
¿Dónde esta el eco,
milenario-eterno,
la voz del alma,
que toca el cielo...?
En el silencio,
con humildad,
va abriendo el alba;
pinta el camino
del peregrino,
allí se encuentra
la voz y el grito,
que besa el suelo
tocando el cielo:
TU LUZ DEL ALMA...!!!
Imagen de Google.
Corral de Almaguer 8-diciembre-2024
M. Jesús Muñoz.