José: ¡¡Cuántos días cuesta llegar aquí, María...!!
Y qué pena, nadie nos hospedó en su casa;
ignorados en esta cueva triste y fría,
abandonados sin calor en cuerpo y alma.
¡¡Maldita suerte, maldita e ingrata vida...!!
María: No temas José, todo tiene algún sentido.
Debemos confiar en los planes de Dios;
él, bien conoce nuestro camino y destino
y la misión que nos encomendó a los dos,
no debemos permitir que, quede en el olvido.
José: Me cuesta entender tu virginal embarazo,
tu silencio, tu entrega y tu disposición;
al borde estuve de la duda y el rechazo,
hasta que un ángel en mi sueño aterrizó
y acepté el misterio del Espíritu Santo.
María: ¡¡Mira José, que ya tengo el Niño en mis brazos...!!
se ha encendido la cueva con su luz del sol
y esta durmiendo satisfecho en mi regazo;
mi corazón estalla, explosiona de amor,
¡¡ bendito Niño Dios y bendito mi embarazo...!!
José: ¿Dónde está la cueva, la tristeza y el frío...?
parece que estemos en otra dimensión;
se escuchan cantos, voces alegres de niños,
que nos alegran el alma y el corazón.
¡¡ Oh María, estamos en un sueño divino...!!
María: No, José. Estamos en la tierra y me pregunto:
¿ si estarán a la altura para comprender
a este Niño, que será salvador del mundo
con su mensaje de paz, amor y verdad
o, con el tiempo, quedará en un triste olvido?
José: Si Dios le concedió humildad de hacerse hombre,
dará poder al hombre de acercarse a Dios
y con la misma humildad decir su nombre,
sentir al mismo Dios, vivo, en su corazón.
María: Ojalá sea siempre así, José...Ojalá...
¡¡Que Dios de a todos fe, humildad y amor...!!
Amigos/as, Feliz Navidad y próspero año 2025
Mi abrazo entrañable y mi cariño.
Imagen de Google.
Corral de Almaguer 20-diciembre-2024
M. Jesús Muñoz
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